El “Ayatolá” Martín Prieto

 Saïd Alami

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ARTÍCULOS (ARCHIVO 3)


El “Ayatolá” Martín Prieto

 Saïd Alami

Los musulmanes españoles, escandalosamente perseguidos desde hace muchos años por la mayoría de los principales medios de comunicación españoles, que deben obediencia a ciertos poderes fácticos, encabezados por el Sionismo español y el Sionismo internacional; seguimos siendo victimas de un sistema cada vez más racista, más oscurantista y más injusto.

A plena luz del día, ante las mismas narices de jueces, fiscales y del Estado prepotente en tantas otras cuestiones, los musulmanes somos insultados, acosados, despreciados, ignorados, segregados, aislados, vedados, boicoteados, e insistentemente asediados por los medios de información de España.

Racismo Puro y Duro

Y lo peor de todo, es que todo esto se ha convertido en uno más de los componentes del paisaje social y político español. Nadie se escandaliza, ningún responsable gubernamental o judicial se lleva las manos a la cabeza ante tamaña inmoralidad, que no pasa de ser una forma flagrante de racismo (contra los musulmanes españoles), xenofobia (contra los musulmanes extranjeros) y de Islamofobia (contra el Islam en todo el mundo).

Lo increíble es que todo esto transcurre en medio de una hipocresía desmedida y obscena en la que estos medios de comunicación se presentan ante la sociedad como defensores de no sé que altos principios de los que dudo que hayan oído hablar de ellos en las redacciones y despachos directivos de estos medios. A no ser que sus “altos principios” sean “la trata de blancas” y la prostitución, “altos principios”, estos, de los que hacen gala, a diario, cientos de páginas de tantos y tantos periódicos y revistas de este país, sin que a ninguno de sus directivos le haya caído la cara de vergüenza. Al contrario, se ponen a dar lecciones de esto y de lo otro a la Comunidad islámica de este país y a los musulmanes de todo el mundo.

Estos medios de comunicación están poblados de lideres de opinión que en muchas ocasiones han adquirido esta clasificación a base de insultar y agredir al Islam y a los musulmanes. Estos escriben artículos grandilocuentes y vociferan como energúmenos en tertulias radiofónicas y televisivas, inoculando a la audiencia sus venenos, muchas veces aprendidos a dedillo de mano de sus maestros del Mossad, que sabe como inundarles de favores, empezando por el dinero contante y sonante y terminando por las invitaciones a Israel, donde pasan unos días mimados y agasajados con regalos para ellos, sus cónyuges y sus hijos. Se trata de auténticos mercenarios anti-islámicos, antiárabes y anti-palestinos (casi siempre reúnen estas tres facetas).

El Ayatolá MARTÍN PRIETO

Dice un diccionario español, que ENERGÚMENO es “aquella persona poseída por el demonio // persona furiosa, alborotada”. Yo no sé si Martín Prieto, considerado por muchos como un “dios” del género del artículo periodístico en España, está poseído por el demonio o no, pero de lo que sí estoy seguro, a juzgar por sus artículos anti-islámicos, es que tiene su “amo”. Eso sí, M. Prieto está siempre furioso y alborotado, dos condiciones estas que pueden estar estrechamente relacionadas con su “amo”. La mula se alborota y se echa a correr al pinchazo de la espuela de quien la monta.

Y este “dios” del artículo, que cuando escribe lo hace dando lecciones a diestro y siniestro, se ha unido a los nuevos intérpretes del Corán, que últimamente pueblan la prensa española, en su inmensa mayoría tan ignorantes del Corán y de sus fundamentos, como carentes son de cualquier ética o sentido de justicia.

Otro artículo envenenado

En su artículo publicado en el diario El Mundo, el domingo 19 de junio 2005, titulado “Crítica desde dentro a la política norteamericana”, en el que comenta el libro Como Derrotar a Los Yihadistas, del estadounidense Richard A. Clarke, M. Prieto insulta reiteradamente al Islam, al profeta Mohammad y al Corán, para terminar sentenciando, tan energúmeno y grandilocuente él, con la siguiente frase: “Pasarán décadas o generaciones antes de que los infieles podamos dormir tranquilos lejos de la ira de Mahoma y del dengue de la multiculturalidad”.

Esta última frase del “gracioso” de M. Prieto merecería sola una larga respuesta por ignominiosa. Pero no vamos a detenernos en esta frase más que para señalar lo que en ella opina Martín Prieto de la multiculturalidad. Vergüenza debería haberle dado antes de escribir las últimas 4 palabras del artículo, en las que, elija el sentido lingüístico que elija de la palabra “dengue”, viene a demostrar su desprecio a todas las culturas ajenas a las de su preciosa persona, que carece, según mi apreciación personal, a lo largo de años de lectura de sus artículos, del más mínimo respeto a nada ni a nadie.

En otra frase del artículo en cuestión, leemos lo siguiente: “...el gran cuerpo de marea de los musulmanes magrebíes que cruzan a Europa y que se han emboscado peligrosamente en el paisaje como bien hemos comprobado los españoles”.

Un párrafo este que rezuma odio e instigación racial contra los musulmanes y especialmente contra los magrebíes, y que considera a todo musulmán presente en España como un criminal que participa en una emboscada contra los españoles y que acecha a la espera de dar su golpe.

Este es el significado, sin rodeos, de este párrafo, escrito por M. Prieto desde su trinchera de intelectual perennemente emboscado, desde hace años, acechando la más mínima ocasión para asistir una puñalada al musulmán español, al español musulmán y a toda la Comunidad islámica de España.

11-Sep y 11-M, como locomotoras de la Islamofobia

Se trata de un articulista que viene practicando su islamofobia desde muchos años antes del 11-S y del 11-M, dos crímenes contra la Humanidad estos que nadie, ni en Estados Unidos ni en España, ha podido probar que hubieran sido obra de Al-Qaida o de islamistas. Repito y recalco: Nadie pudo probar, jamás, que los crímenes del 11-S se hubieran perpetrado por Al-Qaida, de Osama Ben Laden (siendo la primera un ente seguramente inventado por la CIA y el otro un agente, archiconocido, de la CIA) y nadie pudo probar, jamás, que la demencial matanza del 11-M haya sido obra de islamistas, aun cuando sus ejecutores pudieron pertenecer, nominalmente, solo nominalmente, al Islam.

¿No habrán sido elegidos esos criminales -precisamente ellos y no otros- para cometer aquella horrenda matanza de Madrid, siendo ya delincuentes y confidentes de la policía, precisamente porque lo que se pretendía, a la vez que derrocar al Gobierno del Partido Popular, encabezado por José María Aznar, dar un argumento tan de bulto para articulistas de la calaña de Martín Prieto, para que puedan así intensificar su labor de linchamiento mediático de la Comunidad islámica de España?.

¿150 Mil Policías ... contra la Comunidad Islámica de España?

Pero dejémonos de otros párrafos del artículo que nos ocupa, no menos expresivos y significativos de los dos mencionados, y vayamos directamente a su párrafo estrella, que no tiene desperdicio y en el que se pone a interpretar una aleya del Corán, seguro que sin saber nada de nada de aleyas coránicas, y mucho menos del Corán en su conjunto.

Dice el “Ayatolá” M.Prieto: “Uno de los responsables de nuestra seguridad ha admitido que ni con toda la Policía Nacional y la Guardia Civil podríamos controlar al cien por cien de células Yihadistas afincadas entre nosotros, la Al Andalus que reclaman según la aleya de Mahoma que reza: (Allá de donde os hayan echado, volved y matadlos a todos). Alá no es tan apiadable como lo retratan”.

Ante semejante párrafo siento que me faltan calificativos para describir cuan vil, despiadado, desalmado, demencial e irresponsable tiene que ser un articulista para poder escribir un párrafo como este, en el que todos los musulmanes españoles estamos siendo acusados de pertenecer a esas “células yihadistas afincadas entre nosotros”.

Eso de “células” fue lanzado en su día por el Gran Maestre de la Islamofobia y del Sionismo en Occidente, George W. Bush, cuando inmediatamente después del 11-S salió hablando, reiterada e insistentemente, de las “células dormientes” de su Al-Qaida en Estados Unidos, en el inicio de la mayor campaña de odio y persecución contra los musulmanes estadounidenses, en la que fueron detenidos arbitrariamente más de 5.000 musulmanes, muchos de ellos siguen aun en la cárcel.

Se trataba en realidad de una campaña de terror contra la comunidad musulmana estadounidense, cada día más poderosa frente al “loby” sionista, para obligar a millones de musulmanes a huir de Estados Unidos. Pero aquella campaña fracasó rotundamente, muy a pesar del Sionismo newyorkino y del Mossad, que la había orquestado cuidadosamente, mano a mano con la CIA y el FBI.

El articulista viene a decir que en las filas de la Comunidad islámica de España existen tantos y tantos terroristas que “ni toda la Policía Nacional ni toda la Guardia Civil” pueden controlarlos. Si tomamos en cuenta que se trata de un articulista conocido por su estilo exhaustivo, y detallado y por su lenguaje vasto, riquísimo y preciso, tendremos que añadir que lo que ha venido a decir que los más de 150 mil policías y guardias civiles españoles son insuficientes para controlar a “tantos cientos de miles” de terroristas islámicos “afincados entre nosotros”, en lo que viene a decir que TODA la comunidad islámica de España está compuesta por terroristas que “quieren quitarnos Al-Andalus”, o sea, España.

Estos son los significados exactos de este párrafo en el que el articulista incita e instiga, implícitamente, a los españoles, (como sucede en otros cientos de artículos escritos por él y por otros soldados mediáticos del Sionismo en España) a echarse encima de sus compatriotas musulmanes y encima de otros musulmanes residentes en España, para acabar con ellos antes de que “nos quiten Al-Andalus”. Para ello el articulista había señalado justo en el párrafo anterior que los musulmanes de España estamos “emboscados”.

El “Ayatolá” Falsifica El Corán

Y por si el lector español no es convencido por las palabras de M.Prieto, el articulista trae a colación una pretendida aleya del Corán, como para cerciorarse de que el lector va caer en la trampa del odio racial que le tiende sigilosamente y que lleva tendiendo, emboscado él, años y años.

La aleya en cuestión, que M. Prieto ni siquiera la identifica en el marco del texto coránico, dice según él, en una falsificación flagrante: “Allá de donde os hayan echado, volved y matadlos a todos”, así tan burdo resulta ser el pobre M. Prieto cuando trata de falsificar el Corán.

Lo Que Dice El Corán

No existe en el Corán ningún texto que dice las cosas del modo presentado por este articulista farsante. Sin embargo la aleya que este se ha encargado de falsificar (La Vaca, 189-190) dice, en su origen, lo siguiente: “Y combatid en el camino de Dios a quienes os combaten a vosotros, pero no os propaséis, pues es cierto que Dios no ama a los que se exceden. Y matadlos donde quiera que les encontréis y expulsadlos de donde os hayan expulsado”. Esa es la aleya, nada de “matadlos a todos”.

En la sura de Las Abejas (aleya 126-127) leemos en el Noble Corán lo siguiente: “Y si castigáis, hacedlo en la misma medida en que fuisteis dañados, pero si soportáis (el dolor que os han infligido) sería mejor para aquél que soporta. Soporta, pues lo harás por Dios y no te entristezcas por ellos ni te desesperes por lo que traman contra ti”.

El Corán siempre enseña a hacer las cosas en su justa medida, sin propasarse, sea lo que sea el asunto del que se trate, excepto en la piedad, la limosna, la ayuda a los demás y el respeto a todos, que para el Corán debe de ser hasta exagerado. Por eso la referida Aleya, de la Sura de la Vaca, anima a los creyentes a resistir la injusticia que hayan sufrido. Les enseña como combatir a quienes les hayan combatido antes, o sea, quienes les hayan agredido.

Siempre tiene que haber una agresión para que los creyentes, según el Corán, tengan derecho a responder con las armas. Pero todo esto estaría sacado de su contexto si no lo encuadramos en las circunstancias históricas que justificaron la revelación al profeta Mohammad, la paz sea con él, de esta aleya.

Pues, este texto coránico se refiere a los seguidores del profeta que fueron expulsados de sus casas, estando en la Meca, años antes de emigrar a Medina. Los infieles, paganos, adoradores de toda clase de dioses, habían decretado el boicot contra los musulmanes seguidores del nuevo profeta, les expulsaron de sus casas a las afueras de la Meca, les impusieron un boicot económico y social severo de suerte que nadie podía vender a un musulmán ni comprarle nada, nadie podía tener ningún trato con ellos. Tres años duró aquella desesperante situación, en la que los musulmanes pasaron hambre y un sinfín de sufrimientos.

Acabado ese período, cuando se cumplía el décimo años del mensaje del profeta, se inició la emigración a Medina donde fue revelada la mencionada aleya, permitiendo a los musulmanes luchar contra sus enemigos para recuperar sus bienes y sus propiedades, de lo que se habían apropiado injustamente sus enemigos. A estas circunstancias históricas se refiere la aleya.

Sin embargo, hay que tener siempre en cuenta que en el Corán, que es un libro cuyos textos son totalmente interdependientes y complementarios unos de otros, cuando habla de combatir, en el amplio marco de significados de la Yihad, se refiere siempre, absolutamente siempre, a un Ejército islámico, un Estado, una nación, etc. y nunca a título personal, individual o familiar y mucho menos a grupos formados clandestinamente.

Esto es absolutamente importante a la hora de entender cualquier texto coránico con referencias a la guerra, a la lucha o al combate. Es muy importante tomar en cuenta esta máxima coránica para no dejarse engañar por farsantes y falsificadores de la talla del señor Prieto.

Este, cuando menciona la pretendida aleya coránica lo hace con desprecio, calificándola de “aleya de Mahoma” cuidando, palabra a palabra, que su estilo sea de manifiesto desprecio al Islam.

Habrá que recordar aquí que el profeta Mohammad era analfabeto, y el Corán encierra en sus aleyas un sin fin de conceptos científicos (geología, geografía, historia, oceanografía, mineralogía, biología -plantas, insectos, animales-, fisiología, obstetricia, astronomía, física, etc.) resultando todos ellos absolutamente confirmados por la ciencia actual. No sólo es imposible que el Corán lo haya escrito un analfabeto, como lo era el profeta del Islam, sino que también es imposible que haya sido escrito por ser humano alguno de aquél tiempo. Por lo tanto, no hay ninguna “aleya de Mahoma”.

Tan es así, que existen aleyas en el Corán que contradicen, ordenan, y llaman al orden al propio profeta. Ocurre esto, por ejemplo, en el tema que nos ocupa: el castigo al agresor, si no hay perdón, debe ser en la medida justa correspondiente a la naturaleza de la agresión. Nunca más.

Así, en la batalla de Uhod, Hind, la hija de Umaya, (este era uno de los caudillos que más daño había infligido a los musulmanes en la Meca, que había muerto un año antes cuando luchaba contra los musulmanes en la batalla de Bader), envía a un esclavo abisinio a matar, en plena batalla y a traición, a Hamza, tío y protector de Mohammad. Tras la batalla, Hind ordena al esclavo abisinio sacar el hígado de Hamza y lo mastica y escupe, tal como había prometido hacer en venganza de la muerte de su padre.

Al enterarse el profeta de la muerte de su amado tío y de lo que había hecho Hind con él, juró que si Dios le daba la victoria sobre sus enemigos mataría a setenta de sus hombres en venganza de la muerte de Hamza. Entonces fue revelada la aleya antes mencionada de la sura de Las Abejas (126-127) “Y si castigáis, hacedlo en la misma medida en que fuisteis dañados, pero si soportáis con paciencia (el dolor que os han infligido) sería mejor para aquél que soporta. Soporta con paciencia (es una orden dirigida al profeta), pues lo harás por Dios y no te entristezcas por ellos ni te desesperes por lo que traman contra ti”. Así, el mismo profeta fue desautorizado por el Corán y tuvo que renunciar a su juramento, que había hecho en público.

Este dato nos sirve para recordar otra constante del Corán, que no se puede dejar de lado nunca al hablar de un texto coránico. Me refiero a que toda aleya, o texto coránico, ha sido revelado al profeta, que la paz sea con él, por algún motivo, hecho, suceso, o comportamiento del propio profeta o de sus discípulos, familiares, allegados o enemigos. Así, a lo largo de 23 años.

Otra máxima coránica que hay que tomar en cuenta cuando se citan textos del Corán, como las mencionadas es recordar que este grupo de aleyas se refieren siempre a los “kafirun” y “mushrikun” de la época del profeta Mohammad, que eran aquellos que adoraban a más de 300 dioses que se exponían en el interior de la Caba, en la Meca. Nunca se refieren estas aleyas a cristianos y judíos, pertenecientes a dos religiones consideradas por el Islam y por el Corán como parte integrante del Islam.

Así leemos en la aleya 61 de sura La Vaca: “Cierto que los que han creído, los que siguen el judaísmo, los cristianos y los sabeos, que creen en Dios y en el Ultimo Día y actúan rectamente, tendrán su recompensa ante el Señor y no tendrán que temer ni se entristecerán”.

Y en la aleya 84 de la sura de La Mesa, leemos lo siguiente: ”...encontrarás que los que están más próximos en afecto a los que han creído (los musulmanes de la época del profeta) son aquellos que dicen: Somos cristianos. Eso es porque entre ellos hay sacerdotes y monjes y no son soberbios”. Y así, con este significado, hay muchas aleyas.

Por lo tanto, todo aquél “ayatolá” de los que pueblan los medios de comunicación españoles debería antes de agasajar a sus lectores con aleyas coránicas, auténticas o falsificadas (como en el caso de Martín Prieto) estudiar algo sobre el Corán, acercarse al texto y a la historia del Corán, y no seguir escribiendo sobre un libro que nunca ha leído, nunca ha entendido, ni nunca se ha interesado por leer o entender.

En cuanto a la necia afirmación, tajante como es costumbre en este tipo de articulistas energúmenos, de que “Alá no es tan apiadable como lo retratan”, habría que recordar a M. Prieto que en el diccionario de castellano, la palabra “Alá” significa: (nombre que dan a Dios los musulmanes y los cristianos árabes). ¿Como puede ser que M. Prieto no sepa esta verdad lingüística cuando todos sabemos que sus artículos se caracterizan, ante todo, por su fuerza de expresión y dominio absoluto del castellano?. M. Prieto sabe perfectamente que “Alá” significa Dios...sea como lo entienden los musulmanes, los cristianos o los judíos. Pero elige esta palabra,”Alá” y no “Dios” en su afán de retratar al Islam como algo ajeno, lejano, exótico, extrañó, foráneo y hostil. Así lo hace él y así lo hace la legión de articulistas, tertulianos radiofónicos y televisivos y periodistas metidos a ensayistas produciendo libros repletos de falsedades y mentiras sobre el Islam. Todos estos “soldados” del Sionismo en España, voluntaria o involuntariamente, recibiendo o no sus “soldadas” de la mano de su amo en Nueva York, Israel o Madrid, no saben nada de piedad y nunca fueron apiadables.

Y es que ya es de dominio público en España, especialmente entre la profesión periodística, como lo viene siendo desde los años cincuenta en Estados Unidos y en muchos países europeos: si quieres fama, dinero, favores, y “enchufes”, y si quieres regalos e invitaciones a Israel para ti y tu familia, no tienes más que mostrarte despiadado respecto al Islam, a los árabes y a los palestinos en tus artículos, tertulias, libros, etc. Máxima esta que no olvida M. Prieto, hasta el límite de meterse a “ayatolá” y ponerse a inventar aleyas del Corán y a sentenciar que Dios, Allah o Alá no es apiadable.

Dios o “Allah” es apiadable, según el texto Coránico

Por supuesto que Dios es apiadable. Y respecto al tema que nos ocupa aquí traigo, sólo a título de ejemplos, algunas aleyas del Corán, extraídas de mi artículo (El 11-M...El Islam es la Victima):

Sobre el hecho de matar a una persona, leemos en la Sura de La Mesa, aleya 32: “quien matara a alguien, sin ser en castigo por el asesinato de otro, o por haber corrompido en la Tierra, sería como haber matado a la humanidad entera, y quien salvara una vida sería como haber salvado a la humanidad entera”.

Y en la Sura de los Rebaños, aleya 151:

“No matéis al ser humano que Dios ha hecho inviolable, excepto por derecho”

Y en la guerra el Corán ordena combatir a quien agrede a los musulmanes, o les expulsa de sus tierras, siempre en defensa propia. Así, en la Sura de La Vaca, aleya 194, leemos: ”Y combatid en el camino de Dios a quienes os combaten a vosotros pero no os propaséis, es cierto que Dios no ama a los que se exceden”.

Cuando El Corán habla del “Yihad verdadero”, se refiere en realidad a la oración, a la limosna y a la servidumbre de Dios. En la Sura de La Peregrinación, aleya 78 leemos: ”Luchad (hacer el Yihad) por Dios (Allah) como se debe luchar por Él (o sea, el verdadero Yihad). El os ha elegido y no ha puesto ninguna dificultad en la práctica de la Adoración; la religión de vuestro padre Ibrahim (Abraham), él os llamó antes musulmanes. El Mensajero (de Dios) es testigo de ello entre vosotros así como vosotros lo sois entre los hombres. Así pues, estableced la oración, entregad la limosna y aferraos a Dios Es vuestro Señor. Excelente Señor y excelente Protector”.

Así, cuando se habla del Yihad, no siempre se habla de una lucha armada. La oración, la limosna, y el alejamiento de los pecados, también es Yihad. No hay nada en El Corán que equivalga a la expresión “guerra santa” término este totalmente inventada por los occidentales.

El Corán también incita a los musulmanes a que estén siempre preparados para defenderse, pero siempre prestos a la hacer la paz. En la Sura de los Botines de Guerra, Aleyas 60 y 61 leemos, en un texto dirigido al profeta Mohammad: ”Preparad contra ellos todas las fuerzas y guarniciones de caballos que podáis; así atemorizaréis a los enemigos de Dios, que son también los vuestros, aparte de otros que no conocéis pero que Dios sí conoce…..Pero si se inclinan por la paz, inclínate tú también, y confíate a Dios. Él es Quien oye y Quien sabe”.

1 julio 2005

Procede de la extinta (La Gaviota Arabe-Hispana)

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